jueves, 2 de octubre de 2014

LA CAJA DE LAS EMOCIONES


La educación emocional de los niños es uno de los pilares principales de la educación infantil. Enseñarlos a conocer sus emociones y a gestionarlas de manera positiva se convierte en un objetivo que debemos trabajar sistemáticamente en las clases. Hay muchas actividades y juegos que podemos proponer para ello, y en esta ocasión veremos uno que además de entretenido y divertido, les hará ser conscientes de las emociones que sienten y así poder verbalizarlas.


Para el juego necesitaremos una caja que decoraremos con motivos emocionales (como caras de gente o, en su defecto, dibujos) y una serie de tarjetas en las que se pegarán fotos  (podéis utilizar fotos recortadas de revistas por los mismos niños) y bajo ellas una frase con la emoción que reflejan las caras. También prepararemos unas tiras de papel en blanco (solo para los niños que ya saben escribir o que están bastante avanzados en el proceso de aprendizaje de la lectoescritura) para que escriban en ellas como se sienten.

 Una vez lo tenemos todo, nos reunimos en círculo, y ponemos en el centro la caja. Entonces pedimos a un alumno determinado (puede ser el protagonista del día) que busque dentro de la caja la cara que más se corresponda con  la emoción que siente hoy. Por ejemplo, si está contento debe elegir una cara sonriente. Una vez que la ha elegido, la ha de enseñar al resto de los compañeros y explicar el porqué se siente así (por ejemplo… Hoy estoy contento por que luego iré al parque).  Si saben escribir, se les pedirá que en un papel escriba la emoción y la deje a la vista durante el día, colgada al lado de su nombre (en el cartel del protagonista).

Esta actividad se puede realizar de manera diaria en la clase, convirtiéndolo en una de las rutinas diarias. De esta manera, poco a poco irán pasando todos los niños por esta actividad e irán mostrando cada uno de ellos como se sienten diariamente, de esta manera se irán familiarizando con las emociones humanas y con los motivos que pueden causarlas.

Otra manera de usar  la caja de emociones (aunque para estos casos necesitaríamos dos cajas), es en un momento de conflicto en el aula. En este caso consiste en que se hace salir a los niños que han tenido el problema y cada uno introduzca en la caja, una imagen de lo que la otra persona le ha hecho sentir, explicando el porqué se ha sentido así. Los que son más mayores pueden introducir frases escritas pero los más pequeños pueden  dibujar o colorear caras con la emoción que sientan. (En este caso no utilizaremos las tarjetas). Una vez que cada uno ha introducido en su caja de emociones la cara que mejor describe lo que la otra persona le ha hecho sentir, se intercambiarán las cajas y así podrán descubrir lo que ellos han causado con su comportamiento en el otro. Se les pedirá que expliquen al resto de la clase que ha pasado y cómo se han sentido, por orden, de manera tranquila y sin alzar la voz. A través de esta actividad, tienen la oportunidad de reconciliarse y reflexionar sobre lo ocurrido para hacerse cargo del daño que han producido..

Quizás debería disculparme…
Cada uno tiene que ceder en algo, ¿en que debería ceder yo?
Quizás podemos cambiar de juego y así no discutimos tanto….
No debo insultar a mis compañeros…


¡Un fuerte abrazo para tod@s de Helen!

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