jueves, 24 de octubre de 2013

EL EMDR Y LA TÉCNICA DEL ABRAZO MARIPOSA

El abrazo mariposa es una técnica del EMDR que se utiliza con éxito en el tratamiento de problemas de síndrome de estrés post-traumáticos: fobias, ansiedad, miedo, etc.
Su eficacia es tal que es una de las técnicas básicas en el trabajo terapeútico con los sobrevivientes de desastres naturales o supervivientes de guerras.

¿Qué es EMDR?

EMDR - Movimientos Oculares de Desensibilización y Reprocesamiento es un método psicológico para tratar dificultades emocionales que fueron causadas por experiencias difíciles en la vida del sujeto, desde guerras, asaltos y desastres naturales hasta fobias, ataques de pánico o incidentes traumáticos en la infancia. También se usa EMDR para aliviar la angustia de hablar en público, para mejorar el rendimiento en el trabajo, en los deportes y en las interpretaciones artísticas. EMDR es un método complejo que combina elementos teórico-clínicos de orientaciones tales como la psicodinámica, cognitiva, conductual y rogeriana. Para muchos pacientes EMDR resulta de mayor ayuda para sus problemas que cualquier terapia convencional.

En 1987, Francine Shapiro, psicóloga norteamericana, descubrió que los movimientos oculares voluntarios reducían la intensidad de la angustia de los pensamientos negativos. Inició una investigación (Shapiro, 1989) con sujetos traumatizados en la guerra de Vietnam y víctimas de abuso sexual para medir la eficacia del EMDR. EMDR reducía de manera significativa los síntomas del Trastorno por Estrés Post Traumático en estos sujetos.

¿Qué pasa en EMDR?

En el proceso con EMDR, el terapeuta trabaja con el paciente para identificar un problema específico que será el foco del tratamiento. El paciente describe el incidente traumático, a partir del cual el terapeuta ayuda al paciente a seleccionar los aspectos más importantes y que más lo angustian de dicho incidente. Mientras el paciente hace movimientos oculares (o cualquier otra estimulación bilateral) le vienen a la mente otras partes del recuerdo traumático u otros recuerdos. El terapeuta interrumpe los movimientos oculares cada tanto para asegurarse que el paciente esté procesando adecuadamente.

La estimulación bilateral puede ser: a) visual, el paciente mueve los ojos de un lado al otro guiado por el terapeuta; b) auditiva: el paciente escucha sonidos alternados en ambos oídos; c) kinestésica, el terapeuta golpetea suavemente y en forma alternada sobre las manos o los hombros del paciente. Esto facilita la conexión entre los dos hemisferios cerebrales logrando el procesamiento de la información y la disminución de la carga emocional

El terapeuta guía el proceso, tomando decisiones sobre la dirección que debe seguir la intervención. La meta es que el paciente procese la información sobre el incidente traumático, llevándolo a una "resolución adaptativa".

En las palabras de Francine Shapiro, esto significa:

a) una reducción de los síntomas;
b) un cambio en las creencias (de una creencia negativa sobre sí mismo, por ej.: "soy inútil" o "no sirvo para nada" a una más positiva: por ej.: "soy valiosa/o");
c) la posibilidad de funcionar mejor en la vida cotidiana. El abordaje empleado en EMDR se sustenta en tres puntos:

1) experiencias de vida temprana;
2) experiencias estresantes del presente y
3) pensamientos y comportamientos deseados para el futuro.

El tratamiento con EMDR puede ser desde 3 sesiones hasta más de un año para problemas complejos.

¿Qué es un trauma?

La palabra trauma deriva del griego y significa herida. El trauma es una herida que puede ser provocada por variadas situaciones. Cuando oímos hablar de traumas lo asociamos a problemas originados por grandes desastres naturales como terremotos o huracanes. También aquellos causados por el hombre, como guerras, accidentes, abusos, etc. Los especialistas los denominamos Traumas con "T" por la gran magnitud de sus causas. También existe otra categoría de traumas con "t", cuyo origen está relacionado con hechos, aparentemente, de menor importancia.

Sin embargo, la importancia de las causas del trauma no determina la calidad del daño que éste produce. Puede ser tan dañino un "Trauma" como un "trauma", porque sus efectos dependerán de cada persona, de su historia y entorno afectivo, del momento en que se haya producido y de su reiteración a lo largo del tiempo. El trauma, no importa su origen, lastima de tal manera la salud, la seguridad y el bienestar de la persona, que ésta puede llegar a desarrollar creencias falsas y destructivas de sí misma y del mundo.

Consecuencias del trauma

Estas creencias pueden estar referidas a su persona: "soy un incapaz, soy miedoso, estoy indefenso, me van a atacar, soy malo, no me quieren"; o a otro aspecto en particular: "soy incapaz de ser buen alumno; de cumplir mis horarios; de hablar en público, no sirvo para escribir, no debo ser exitoso". Estas creencias interfieren y dificultan su conducta. Cuando estamos amenazados por un peligro emocional o físico nuestro sistema nervioso está preparado para reaccionar ante el peligro, de modo que la circulación de la sangre es dirigida a los órganos vitales, el corazón late más rápido, aumenta el ritmo de la respiración, los músculos se tensan, y se agudiza un estado psicológico de alerta, etc.
Una vez que el peligro ha pasado, este sistema de alerta deja de funcionar y vuelve a la normalidad. Pero cuando una experiencia que puede implicar dolor, vergüenza, miedo, horror o pánico es abrumadora por su intensidad, puede ocurrir que el sistema nervioso no esté en condiciones de elaborar una respuesta de control. En consecuencia, el sistema de prevención y defensa se mantiene en estado de alerta permanente y, a partir de ese momento, la más pequeña situación que recuerde el hecho traumático dispara toda la batería de estímulos para reaccionar como si estuviera defendiéndose de la misma manera como lo hizo la primera vez. En esta situación, las reacciones de conducta se hacen inadecuadas y la persona puede quedar bloqueada, paralizada, indefensa.

Cómo se desarrolló EMDR

En 1987, una psicóloga norteamericana, Francine Shapiro, observó por casualidad que los movimientos oculares en ciertas condiciones pueden reducir la intensidad de los pensamientos perturbantes. Esto fue el principio del desarrollo de este método terapéutico que utiliza la estimulación bilateral (visual, auditiva o kinestésica) para procesar recuerdos traumáticos, cambiar creencias autolimitantes y desensibilizar emociones y sensaciones negativas. Hoy hay más de 30.000 terapeutas entrenados en la utilización de este abordaje terapéutico, cuyas técnicas más sencillas como el Abrazo Mariposa puede ser utilizado eficazmente por uno mismo.

Instrucciones para el Abrazo Mariposa.

-Elija un lugar cómodo y tranquilo, y de ser posible aireado.
-No debe ser interrumpido en los próximos 15 minutos por lo menos.
-Siéntese en la posición más confortable.
-Cruce sus manos sobre el pecho. Sus manos deben quedar sobre sus pectorales para poder practicar el tapping (golpecitos).
-Comience con una respiración lenta y profunda. No retenga el aire. Mantenga este ritmo respiratorio durante toda la técnica.
-Enfoque su mente sobre una palabra o imagen que defina aquello que le produce el estrés. Si sólo busca quitarse el estrés momentáneo, sólo relájese sin fijar la mente en nada en particular.
-Empiece ahora a practicar el tapping, golpeando suavemente con la yema de sus dedos un lado y el otro de su pecho en forma alternada.
-Cuando lo desee, deténgase. Chequee el efecto de la técnica sintiendo su cuerpo. Recuerde el hecho traumático y detecte si ha disminuido su respuesta negativa.
-Repita el proceso anterior hasta completar al menos unos 15 minutos.
-Al finalizar los 15 minutos la respuesta negativa debiera haber disminuido en forma considerable.
-Repita la técnica de dos a tres veces en el día si está trabajando sobre un hecho intenso. De lo contrario es suficiente practicarlo una vez al día durante una o dos semanas para hacer desaparecer la respuesta corporal traumática.

¡Un fuerte abrazo para tod@s de Helen!

jueves, 17 de octubre de 2013

LA TELEVISIÓN INFLUYE EN LA AUTOESTIMA DE LOS NIÑOS

Esta vez hablaremos de otro estudio que acabamos de encontrar y que puede resultar muy interesante.

"Recientemente, la página de la British Psychological Society (SBP) -Asociación de Psicología del Reino Unido- ha publicado una nueva investigación de la Universidad de Indiana (EE.UU.), en la que se demuestra que ver la televisión puede tener un efecto marcado en la autoestima de los niños, impactando de forma diferente en cada uno.

Se trata de un estudio longitudinal llevado a cabo por Nicole Martins, profesora asistente de telecomunicaciones de la Universidad de Indiana y Kristen Harrisson, profesora de estudios de la comunicación en la Universidad de Michigan, en el cual se observó una muestra estadounidense de 400 estudiantes preadolescentes blancos y negros durante un período de un año. El estudio se centró en la correlación entre el tiempo que pasaban viendo la televisión y el impacto en su autoestima.



Los resultados de la investigación, publicados en Communication Research (revista americana bimensual que publica artículos relacionados con el estudio de los procesos de la comunicación dentro de una amplia gama de sistemas sociales), revelan que una larga exposición frente a la pequeña pantalla puede jugar un rol significativo en los niños, sintiéndose peor a largo plazo, ya que no pueden evitar compararse con lo que ven en ella. Concretamente, el estudio señala que es más probable que disminuya la autoestima en los chicos y chicas negros, y en mujeres jóvenes blancas, apareciendo el efecto contrario en jóvenes blancos.

Estos resultados se relacionan con los estereotipos y los mensajes que recibe cada uno al respecto. En relación con los varones, los personajes blancos suelen tener posiciones de poder, una buena educación, y una vida "maravillosa", pudiendo conseguir todo lo que se propongan. En cambio, los chicos negros, suelen aparecer en muchos programas caracterizados como delincuentes o como "bufones", transmitiéndoles el mensaje contrario: que no pueden aspirar a grandes cosas.

En cuanto a las chicas –tanto blancas como negras- suelen aparecer en la televisión con personajes cuyo rol es bastante simplista y su éxito suele deberse a su aspecto más que a sus logros.

Estas investigaciones muestran como el hecho de pasar tanto tiempo frente a la pantalla puede privar a estos adolescentes de la oportunidad de explorar otras cosas y disfrutar de actividades en las que son buenos y que podrían aumentar significativamente su autoestima."

¡Un fuerte abrazo para tod@s de Helen!

jueves, 10 de octubre de 2013

ENTREVISTA CON IRVING KIRSCH: "EL PLACEBO Y LA PSICOTERAPIA SON MEJORES QUE LOS ANTIDEPRESIVOS PARA TRATAR LA DEPRESIÓN"

Hoy os dejamos una entrevista que hemos leído en la página del Consejo General de la Psicología de España (www.infocop.es) con Irving Kirsch (Universidad de Connecticut y Universidad de Hull).


Irving Kirsch y su equipo de investigación han sido los artífices de una prometedora y provocadora línea de investigación que ha puesto en tela de juicio la eficacia de los antidepresivos y que ha revolucionado la interpretación de los resultados de la literatura científica en depresión, cuestionando seriamente los modelos de enfermedad mental y la práctica médica habitual, basada exclusivamente en la intervención farmacológica para este tipo de pacientes (para más información ver: Irving Kirsch y la caída del mito de los antidepresivos).

Aprovechando su próxima visita a España, Infocop ha realizado, junto con la SEPCyS, una entrevista a este conocido psicólogo, quien reflexiona sobre los últimos hallazgos en este campo y su repercusión en la práctica clínica. La entrevista original, en inglés, puede verse aquí.

Entrevista

Infocop: ¿Qué le llevó a estudiar los antidepresivos y el efecto placebo?

Irving Kirsch: Siendo aún estudiante de grado de psicología, me quedé fascinado al ver cómo las creencias y expectativas de las personas influían en su experiencia. Estaba convencido de que los efectos de auto-confirmación de las expectativas eran centrales para los efectos de la terapia de comportamiento y fui capaz de confirmarlo empíricamente a través de estudios controlados. Entonces comencé a investigar sobre el efecto placebo. Mi primer metaanálisis sobre los antidepresivos tenía como verdadero objetivo investigar el efecto placebo. Al ver los resultados me sorprendió comprobar el poco efecto que tenía el fármaco (por ejemplo, al comparar las diferencias de suministrar un fármaco y un placebo). No fue hasta ese momento que comencé a centrarme en la investigación sobre la eficacia de los antidepresivos.

Infocop: ¿Podría explicarnos en qué consiste el efecto placebo? ¿Cuál es el hallazgo más sorprendente que han encontrado durante estos años de investigación?

I.K.: El efecto placebo es esa parte de respuesta que se produce al suministrar un fármaco (o frente a cualquier otro tipo de intervención médica) que se debe no a su composición química, sino a sus características psicológicas. El hallazgo más sorprendente en la literatura sobre el placebo es nuestro descubrimiento acerca de que los placebos pueden ser eficaces incluso cuando se le señala al paciente que se le está dando un placebo, siempre y cuando la explicación que se le dé acerca de que se le está suministrando un placebo se haga en un entorno terapéutico cálido (ver aquí).

Infocop: Entonces, ¿son los antidepresivos verdaderamente eficaces? ¿Funcionan realmente y hasta qué punto lo hacen?

I.K.: Como mucho, los antidepresivos tienen un efecto significativo sólo para una minoría de los pacientes con depresión a los que se les prescriben fármacos, un 10-15% de los pacientes con depresión mayor. El resto de pacientes, lo mejor que puede hacer es tomar placebos, ya que producen prácticamente la misma mejoría pero evitan los efectos secundarios y los riesgos sobre la salud que producen los antidepresivos.

Infocop: A la luz de los resultados de tus investigaciones, ¿podría decirse que la causa exclusiva de la depresión sea un desequilibrio químico en el cerebro?

I.K.: Hoy por hoy, la teoría sobre el desequilibrio químico en el cerebro está lo más cerca que una teoría puede estar en la ciencia de ser invalidada por la evidencia. Aquí no me estoy únicamente refiriendo a los resultados de mis investigaciones sino a los que han obtenido otros muchos investigadores. Por poner un ejemplo, las personas con depresión mejoran por igual tanto tomando Estimulantes Selectivos de la Recaptación de la Serotonina –ESRS- (fármacos que disminuyen la serotonina en el cerebro) como tomando Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina –ISRS- (fármacos que se supone aumentan el nivel de serotonina).

SEPCyS: Si hay tantas intervenciones diferentes (medicación, placebo, tratamiento psicológico, deporte, comprar una mascota, etc.), ¿no deberíamos, en primer lugar, cuestionarnos la entidad del diagnóstico? Es decir, si hay un trastorno que puede "curarse" con cualquier cosa que tenga credibilidad, ¿no será que lo que estamos haciendo es manejarnos con pseudo-diagnósticos?

I.K.: Los diagnósticos para los trastornos psicológicos se enfrentan, en general, a problemas. La depresión es una "situación" muy seria que puede que ni siquiera sea una enfermedad como tal. Tal vez se trate de una reacción normal frente a circunstancias de la vida o sea una señal de que la persona necesita cambiar aspectos importantes de su vida.

SEPCyS: ¿Podría considerarse la depresión como un comportamiento adaptativo frente al ambiente actual en el que vivimos –el supuesto mundo desarrollado?

I.K.: Si se utiliza como una señal de que algo no va bien, que pueda conducir a la persona a realizar cambios necesarios en su vida, desde luego puede ser adaptativa. Sin embargo, su alta prevalencia también está asociada a factores externos sobre los que las personas pueden tener poco control. Sabemos, por ejemplo, que la depresión está asociada con dificultades económicas y con discriminación. Prevenir la depresión exige cambios sociales y económicos muy amplios, así como intervenciones individuales como la psicoterapia.

Infocop: ¿Qué implicaciones tienen estos hallazgos tanto para la investigación como para la práctica clínica?

I.K.: Los antidepresivos no deberían ser un tratamiento de elección en la depresión. En su lugar, deberían utilizarse en primer lugar tratamientos como el ejercicio físico y la psicoterapia. Si se hace finalmente necesario utilizar antidepresivos, deberían usarse únicamente como último recurso sólo cuando el resto de tratamientos no hayan funcionado. En lo que respecta a la investigación, deberían ponerse fondos a disposición de la investigación para una mejor evaluación de los tratamientos no farmacológicos dirigidos a la depresión.

SEPCyS: Sus investigaciones han creado cierta polémica en diferentes sectores, como la industria farmacéutica o el lobby médico. ¿Qué opina del impacto de sus estudios y de la reacción de la Asociación Americana de Psiquiatría?

I.K.: En 1998, cuando junto con Guy Sapirstein informamos por primera vez de que la mayor parte de los resultados de los antidepresivos se explica por el efecto placebo, la reacción fue de incredulidad y nuestros resultados fueron ignorados. Resulta gratificante comprobar que cada vez más personas se están tomando estos hallazgos en serio y que están empezando a tener un impacto en la práctica clínica, por lo menos en Reino Unido. Por supuesto, los psiquiatras se resisten a estos resultados; su medio de vida y su quehacer profesional están ligados a la prescripción de medicamentos psicotrópicos, especialmente antidepresivos.

Infocop: En los últimos años, estos resultados han sido replicados por otros investigadores. No obstante, ¿piensa que los resultados han tenido un impacto suficiente en la práctica clínica diaria? ¿Podría explicarlo?

I.K.: Cambiar la práctica médica es un proceso lento. Los médicos todavía se inclinan rápidamente a prescribir antidepresivos a los pacientes que están ligeramente deprimidos, sin explorar otras vías alternativas. En el Reino Unido, lo siguen haciendo a pesar de que las directrices de tratamiento oficiales indican lo contrario.

SEPCyS: En comparación con el grado de apoyo empírico que se deriva de los estudios sobre antidepresivos, ¿cómo valora la evidencia empírica sobre los tratamientos psicológicos?

I.K.: A corto plazo, los resultados de la psicoterapia son los mismos que los de los antidepresivos, sin embargo, los resultados a largo plazo de los tratamientos psicológicos son considerablemente mejores. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado que puede reducir el riesgo de recaída durante seis años. Por otro lado, la psicoterapia no conlleva los riesgos para la salud asociados a los antidepresivos, entre ellos la disfunción sexual y el riesgo de mortalidad. Es por este motivo, que los tratamientos psicológicos deben ser el tratamiento de elección. En el caso de que se usasen los fármacos en absoluto, deberían emplearse como último recurso, sólo cuando otros métodos menos invasivos han fallado.

SEPCyS: Teniendo en cuenta el actual contexto de crisis económica, ¿piensa que el modelo de salud mental que impera, basado en la prescripción de medicación desde los servicios de Atención Primaria y las Unidades de Atención Especializada en salud mental es eficaz y sostenible?

I.K.: Las evaluaciones sobre costes/beneficios ponen en evidencia que proporcionar psicoterapia cognitiva y conductual para la depresión es más barato a largo plazo que recetar fármacos. Esto se debe a que estas terapias son breves – no más de 15 a 20 sesiones, y sus efectos se mantienen en el tiempo -. En contraste, la tasa de recaída es mucho mayor cuando las personas dejan de tomar los antidepresivos. De tal manera que para evitar que los pacientes recaigan se tiene que mantener la medicación durante años. Esto es lo que hace que, a largo plazo, el tratamiento farmacológico resulte más caro que la psicoterapia.

SEPCyS: De acuerdo a estos datos, ¿cuál debería ser el papel del psicólogo en el sistema de salud mental?

I.K.: Los psicólogos pueden hacer terapia y/o actuar supervisando la provisión de esta terapia por otros profesionales de la salud mental. Este enfoque inicial resulta mucho mejor que la medicación para tratar la depresión.

Infocop: En septiembre, la revista Nature publicó un editorial en el que denuncia que el apoyo y financiación que recibe la investigación en psicología es escandalosamente bajo. A su modo de ver, ¿a qué se debe esta situación?

I.K.: No existen grandes compañías que puedan sacar provecho de estas investigaciones psicológicas y, por tanto, que estén dispuestas a financiar estos estudios.


¡Un fuerte abrazo para tod@s de Helen!



martes, 1 de octubre de 2013

PALABRAS QUE DEBEMOS EVITAR


A lo largo de nuestra vida aprendemos el uso y significado del lenguaje, lo vivimos y lo experimentamos sin darnos cuenta. Nuestro sistema neuroquímico se activa cuando las palabras nos afectan, tanto para bien como para mal. Cuando nos hablan en un determinado tono de voz, con palabras positivas o negativas, de alguna manera nos programan, y esto funciona tanto de ida como de vuelta, ya que cuando nosotros hablamos a los demás sucede lo mismo, los programamos.


La PNL (Programación Neurolingüística) nos ayuda a entender como podemos usar el lenguaje de una forma más atractiva y, sobretodo, más efectiva, clara y positiva. Las siguientes son algunas palabras que deberíamos evitar por lo que significan y los efectos que causan.

1. La palabra "NO": Esta es una palabra que no la registra nuestra mente. es una palabra abstracta. Por ejemplo: "No" pienses en un pájaro. "No" pienses que va volando. Y la mente lo registra de inmediato. Como no somos capaces de registrar la palabra "No" nos queda grabado lo que sigue después en la frase. "No te caigas", "No corras tanto", "No te pongas enfermo" para nuestro cerebro queda como cáete, corre y enferma. Esas son las imagenes que se proyectan en nuestra mente, te des cuenta o no, y si tu mente capta esas imágenes las cumple. Evitemos siempre que podamos las frases con la partícula "No"

2. La palabra “PERO”: Esta palabra la usamos generalmente para unir dos ideas. La primera parte de la frase puede ser algo agradable, luego viene el “pero”, y la segunda parte de la frase, anula lo positivo de la primera. En ocasiones pueden resultar muy ofensivas si no nos damos cuenta de cómo la estamos usando. “Tu comida está rica, pero muy picante.” (no te gustó al comida por picante); “Te ayudo con tu mudanza, pero hoy no puedo.” (no le vas a ayudar) Una forma de suavizar el mensaje seria invertir las frases: “Esta muy picante, pero está rica.”, “Hoy no puedo, pero te ayudo con tu mudanza.” Otra manera es, sustituir “pero”, por “sin embargo” y esto tenderá a mandar el mensaje con un significado más suavizado. “Tu comida está rica, sin embargo muy picante.” “Te ayudo con tu mudanza, sin embargo, hoy no puedo”. 

3. Generalizaciones como “NUNCA”, “NADIE”, “TODOS”, “SIEMPRE”... : Son palabras peligrosas ya que son determinantes y absolutas, y generalmente falsas. No hay sitio para la excepción, y terminan la conversación. Si “todos” los políticos son corruptos (habrá algunos que no lo sean), pues son todos y no hay esperanza. Si “nunca” haces nada bien, (habrá algunas cosas que he hecho bien) pues es nunca y no hay posibilidades de mejorarlo. Este tipo de aseveraciones en una conversación dañan mucho, tanto al que las dice, como al que las escucha, además de que son aseveraciones falsas. Tanto padres como maestros, han cometido todo tipo de agresiones al incluir alguna de estas palabras con un niño cuando se refiere a sus habilidades.

4. “MAÑANA”, “LA PRÓXIMA SEMANA”, “UN DÍA DE ESTOS”: Esta es otra serie de palabras que no conducen a ningún lado. Cualquiera de esas frases la puedes decir cualquier día y te encontrarás que “mañana” o las otras frases, nunca llegan. Cualquier persona con cierta tendencia a la procrastinación debería borrarlas ya mismo de su lenguaje sobretodo si pretendemos cumplir objetivos. Mejor puntualizar qué día; el lunes, por ejemplo.

5."TENGO QUE": Tiene un significado negativo. Asociamos estas palabras con algo desagradable, que nos cuesta trabajo y que implica un esfuerzo. “Tengo que trabajar”, “tengo que estudiar”, “tengo que organizarme”. Denota una obligación. Nunca decimos, “tengo que ir a la playa y divertirme”, o “tengo que faltar a la escuela”. Los primeros ejemplos requieren de un esfuerzo, y hay una batalla interna para poderlo lograr. Es más, se siente un peso encima cuando digo cualquier cosa con “tengo que”. Puedes aligerar tus obligaciones engañando a tu mente y cambiar “tengo que” por “quiero” y verás que hay ligereza y sentirás que logras las cosas con mayor facilidad. “Quiero trabajar”, “quiero estudiar” (no hay lucha) y lo podrás lograr mucho más rápido y con menos esfuerzo. Eso de engañar a la mente se puede hacer con frases que den un sentido a la acción. Ej. Yo trabajo para ….., Yo estudio porque ….. Si uso el yo quiero, sin quererlo, no me va a provocar una emoción positiva ( o sea un efecto neuroquímico positivo) ya que me suena a falsa y  por lo tanto no me va a funcionar pues estoy negando una realidad.

Ahora con esta lista podrás dejar de usarlas tanto en tu discurso con los demás como en tus monólogos internos. Cuantas menos barreras te pongas más sencillo será llegar a tus metas.

¡Un fuerte abrazo para tod@s de Helen!