viernes, 23 de agosto de 2013

LOS COSTES SOCIALES DEL ESTRÉS

En la película Vacaciones, estrenada en 2006, la actriz Cameron Díaz, que interpreta a una mujer cuya vida está dando tumbos sin control, exclama: "El estrés agudo... hace encoger el ADN de nuestras células hasta que pierde la capacidad de replicarse. Por eso, cuando estamos estresados tenemos un aspecto demacrado".

Desde un punto de vista científico, Hollywood dio en el clavo. El ADN al que se refiere el personaje de Díaz es el segmento que constituye los telómeros, unas estructuras que rematan y protegen los extremos de los cromosomas. Se estaba refiriendo a nuestro artículo de 2004 publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, el primero en vincular el estrés psicológico crónico con un mantenimiento defectuoso de los telómeros.

A partir de la publicación de ese artículo, se ha observado de forma generalizada que diversos tipos de estrés crónico se asocian al acortamiento de los telómeros, y probablemente lo provoquen. Por otra parte, los telómeros reducidos y el estrés se han relacionado, de manera independiente, con algunas dolencias frecuentes, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

Esas relaciones resultan tan habituales que, incluso sin un conocimiento detallado de las rutas bioquímicas implicadas, el mensaje es claro. El fracaso a la hora de paliar el estrés agudo causado por amenazas prolongadas como la guerra, problemas financieros, abusos y maltrato psicológico (especialmente en los niños) conllevará unos costes muy superiores en el futuro: personales, económicos y de otro tipo.


¡Un fuerte abrazo para tod@s de Helen!

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