martes, 16 de julio de 2013

OXITOCINA O "LA HORMONA DEL AMOR"


La oxitocina es una hormona que activa los sentimientos de atracción y confianza entre personas cuando son liberadas en el cerebro. La concentración de esta sustancia se eleva durante las fases iniciales del llamado amor romántico. A pesar de ello, la oxitocina no es como la flecha de Cupido, por su culpa (o gracias a ella) no caemos rendidos a los pies de la persona más cercana, sino que la magia social de esta sustancia depende de si la persona se encuentra, o no, en una relación monógama según un estudio del Journal of Neuroscience.    

Un equipo liderado por investigadores de la Universidad de Bonn supervisó en el laboratorio un primer encuentro entre participantes masculinos heterosexuales y una atractiva modelo. Antes de la cita, los varones recibieron oxitocina a través de pulverización nasal. Aquellos que indicaron que en ese momento estaban en una relación estable mantuvieron una mayor distancia con la mujer que los solteros que también habían recibido oxitocina o que los que fueron tratados con "placebo". La distancia en cuestión era poca, solo unos diez o quince centímetros de separación, pero esa distancia dejaba a la mujer fuera de lo que normalmente una persona considera "su espacio personal", zona reservada para los seres amados y no era que no encontrasen atractiva a la modelo ya que la valoración de los monógamos no difería en este punto de la de los demás hombres.

Esos resultados apuntan a que la oxitocina cumple la función de mantener las relaciones una vez iniciadas, pero también apoya las crecientes pruebas sobre la actuación de la hormona para modular las relaciones sociales: por ejemplo, promueve vínculos con personas conocidas, pero provoca agresión hacia los extraños. «En la oxitocina, no todo es positivo», afirma Dirk Scheele, uno de los autores del estudio. «Lo que entendamos por prosocial o antisocial depende del punto de vista».

¡Un fuerte abrazo para tod@s de Helen!

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